Mucho antes de lanzarse en búsqueda de la presidencia, el magnate inmobiliario tomó la batuta de una campaña de tenor racista que cuestionaba la nacionalidad estadounidense de Barack Obama, poniendo en duda la validez de su certificado de nacimiento.
Luego, al anunciar su entrada en el ruedo electoral el 16 de junio de 2015, el futuro presidente pintó a los inmigrantes mexicanos como “violadores”. Reiteró esos ataques, calificando a los inmigrantes latinos de “bad (malos) hombres”.
Asimismo, tras los actos violentos que sacudieron la ciudad de Charlottesville el 12 de agosto de 2017 durante una manifestación de grupos de extrema derecha, Trump apareció inicialmente reticente a condenar claramente los militantes xenófobos.
Ese día, un neonazi atropelló con su vehículo a un grupo de manifestantes antirracistas, matando a una mujer de 32 años. Pero Trump exculpó de hecho a los supremacistas blancos, declarando que “ambos bandos” tenían responsabilidad en los disturbios.